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Periodo ventana, la biología molecular achica el riesgo de sida y hepatitis en la transfusión

13 abril 2009 | Artículos

Argentina – La posibilidad de transmisión del virus del sida y de la hepatitis B o hepatitis C a través de una transfusión sigue siendo una preocupación en la población, sobre todo porque existe un período en el cual estos son indetectables por métodos convencionales. Las técnicas de biología molecular vienen a resolver en parte esta inquietud porque achican la cantidad de días en las que los virus "no aparecen".

Notife – 10 de abril de 2009 – Leer la nota completa

Ante la carencia de un fluir constante de personas interesadas en donar sangre, lo habitual es recurrir a familiares o amigos en la convicción de que esto "resulta más seguro". Sin embargo, para el doctor Sergio Chialina lo más seguro son los donantes periódicos. "La gente piensa que porque es amigo o familiar se reduce el riesgo de contagio de enfermedades mediante una transfusión, pero la realidad es que durante el período de ventana la sangre puede contener el virus y no es detectado por los métodos convencionales", explica el bioquímico coordinador del Servicio de Medicina Transfusional del Hospital Italiano de Rosario.

Lejos de generar alarma lo que plantea Chialina es la necesidad de fomentar la donación voluntaria periódica y de contar con la tecnología molecular que estudia directamente el material genético de los virus para "achicar" el período de ventana que se produce en los primeros días siguientes al contagio de una enfermedad y que no aparecen en los análisis de sangre por métodos convencionales.

Aunque el período de ventana puede variar de un individuo a otro, utilizando los métodos convencionales el período de ventana para el virus del sida (HIV) alcanza los 22 días, mientras que mediante la biología molecular el período se reduce a 11 días. Lo mismo ocurre con el virus de la hepatitis C (HCV), donde el riesgo de contagio del virus alcanza los 70 días (12 días por técnicas moleculares) y 60 días para la hepatitis B (30 días mediante estudios moleculares). "Los análisis de laboratorio han demostrado tener limitaciones porque no pueden detectar estos virus si los donantes están en el período de ventana", subraya Chialina.

"Hasta la fecha hemos efectuado más de 20 mil determinaciones por biología molecular para el HIV y el HCV en donantes de sangre, y próximamente incorporaremos la determinación para el virus de la hepatitis B", agrega el bioquímico que integra el Servicio de Medicina Transfusional del Hospital Italiano de Rosario junto a Miguel Raillon, Edita Solis y Sofía Bonetti.

Siempre existe un riesgo en la transfusión. Los países centrales tienen una política de donación que viene de mucho tiempo donde el donante es el voluntario, repetido, que tiene conciencia de lo que está haciendo, sabe de los riesgos y si tuvo una conducta de riesgo no dona. En nuestro país no pasa eso. En general las personas donan por el pedido de un familiar o amigo. "Ha pasado que al haber detectado en el análisis previo alguna anormalidad la persona termina admitiendo algo que por vergüenza no se animó a plantear en el cuestionario previo", subraya.

La donación voluntaria y periódica de sangre sigue siendo una práctica poco frecuente en el país a tal punto que no supera el 5 por ciento del total de las donaciones.

El mejoramiento de las técnicas de laboratorio a partir de la biología molecular hace que disminuya el riesgo de contagio de enfermedades a través de una transfusión de sangre y en ese sentido Rosario es pionero en la materia por cuanto son mayores la cantidades de unidades evaluadas por esta metodología. "Lo ideal es centralizar el control y la producción de hemocomponentes para hacerlo más eficiente y reducir los costos", cuenta Chialina. Las nuevas políticas de salud tienen a unificar el sistema en centros de sangre regionales, tal como se promueve desde el Plan Nacional de Sangre.

Donación responsable. A la persona que va a donar sangre sea para un familiar o en forma voluntaria se le pide que complete un cuestionario donde además de cuestiones relacionadas a su estado de salud deberá responder entre otras preguntas, si usó alguna droga ilegal inyectable; si le han realizado cirugía mayor, menor, laparoscopia o endoscopia; si aspiró cocaína; si tuvo contacto sexual con alguien expuesto al virus del sida o que esté infectado de sida, hepatitis B o C; si recibió dinero para donar; si se ha realizado tatuajes, perforaciones o tratamiento con acupuntura; si estuvo detenido por más de 72 horas; si ha sido violada/o o sufrido de abuso sexual y si ha tenido relaciones sexuales de riesgo, aunque sea una vez, con mujeres/hombres.

Luego de completar el cuestionario y de la extracción la persona tiene la opción de pedir que no se utilice su sangre en caso de reconsiderar alguna situación de riesgo que no haya sido informada previamente. Su pedido quedará registrado en un formulario donde puede pedir que no se utilice su sangre.

"El riesgo de contagio por transfusiones no está estimado pero todo lo que se puede hacer para la seguridad transfusional hay que hacerlo", ratifica el bioquímico. "No podemos asegurar el 100 por ciento de seguridad porque la biología molecular también tiene sus limitaciones. El riesgo está vinculado con factores humanos, con la tecnología de cada banco de sangre y con la incidencia de las enfermedades transmitidas por sangre", agrega.

La ley establece que solamente se puede entregar el resultado de los estudios a la persona que hizo la donación. En caso de que dieran positivo para la presencia de virus del sida, hepatitis B, hepatitis C u otra enfermedad que se transmite por sangre, el donante es citado por correo, se le toma una nueva muestra y en caso de confirmarse el resultado, se le explica que su sangre no sirve para ser transfundida y se lo deriva a un médico especialista para su tratamiento.

Temores frecuentes a la hora del pinchazo

El procedimiento de extraer la sangre de un donante para una transfusión sigue despertando dudas y temores en un alto porcentaje de la población. "Si doy sangre me vuelvo anémico", "con la aguja me pueden contagiar alguna enfermedad" o "me puedo desmayar", aparecen como los comentarios más frecuentes en estas circunstancias.

El bioquímico Sergio Chialina descarta la posibilidad de volverse anémico por la extracción, así como la chance de contraer alguna enfermedad a partir del procedimiento, al tiempo que dice que "hay que ir preparado, nunca en ayunas". Y para ello aconseja ingerir previamente cualquier tipo de bebidas (té, mate o café azucarado, bebidas y jugos) y evitar los alimentos con grasas.

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